1 El Señor es mi pastor; nada me falta. 2 En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, 3 me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. 4 Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. 5 Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. 6 Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.
En la vida hay que pasar páginas, cerrar libros y a veces hasta clausurar bibliotecas.