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LA IMPORTANCIA DEL AGUA BENDITA Y SUS DIFERENTES USOS


Una forma de uso, como ya hablamos, es persignarse con agua bendita. Otra es aspergerla (salpicarla) sobre sí mismo o sobre otras personas, lugares u objetos.

Los momentos de uso son múltiples.
Uno es cuando una persona hacer algo importante y siente malestar, bajón, dolor de cabeza, en cuyo caso usa el agua bendita.
Otro es cuando se producen problemas de relación entre las personas, una pelea, desarmonía, en las cuales siempre está metido el maligno. La señal de la cruz con agua bendita lo ahuyenta.
También sirve cuando un mismo está irritado, de mal humor, las cosas no le salen.
También algunos consideran que puede librarnos de accidentes y hasta ayudar a recuperarnos de enfermedades.
Hay gente que hasta cocina con agua bendita, le pone un chorrito de agua a la comida para proteger y bendecir a su familia, y para que lo cocinado salga bien.
Para que el agua sea bendita debe estar bendecida por un sacerdote según el ceremonial del “Ritual de Bendiciones” y en el propio “Misal Romano”.

Por todo esto es recomendable que las personas anden con agua bendita encima para usar en diferentes momentos, asperger la casa de vez en cuando con ella y santiguarse con ella al entrar y salir de la casa, y desde luego hacer esto con el agua bendita en las pilas a la entrada de las iglesias.

EL VALOR EXORCÍSTICO DEL AGUA BENDITA
Según el exorcista y demonólogo Padre José Antonio Fortea el santiguarse el santiguarse con agua bendita al entrar en una iglesia no es un mero símbolo sino que tiene un poder exorcístico real.


El agua bendita produce tres efectos:
“Atrae la gracia divina, purifica el alma y aleja al demonio.
La Iglesia ha orado sobre esa agua con el poder de la Cruz de Cristo. El poder sacerdotal ha dejado una influencia sobre esa agua. Al mismo tiempo purifica parte de nuestros pecados, tanto los veniales como el reato que quede en nuestra alma.
Aleja al demonio. El demonio puede entrar perfectamente en una iglesia, sus muros no le contienen, el suelo sagrado no le refrena. Sin embargo el agua bendita, sí que le aleja.”
Y continúa:
“La gente se suele quejar de que se distrae mucho en la Iglesia, el demonio tiene gran interés en distraernos justo cuando vamos a estar en contacto con las realidades sagradas. Por eso es tan útil el agua bendita de la entrada. Aun usando el agua bendita podemos despistarnos, pero tendremos la seguridad de que las distracciones proceden de nosotros y no del demonio”.

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